En el escenario empresarial tucumano, historias como la de Tensolite, que narran la transición de una empresa familiar a una firma global, encierran lecciones de valor incalculable. La reciente incorporación de Tensolite al conglomerado de Holcim Argentina no es solo un testimonio de éxito empresarial, sino también un espejo de la visión y el legado familiar. Rodolfo Di Bacco (h), heredero y quien de alguna manera se puso al frente de esta odisea corporativa, compartió con Norte Económico aspectos reveladores de esta experiencia que siempre tuvo a su padre, Rodolfo Di Bacco, en el eje de las decisiones.

La experiencia de Tensolite, especializada en la fabricación y comercialización de elementos de hormigón, es un relato de ambición y visión que bien puede aplicarse a las cientos de empresas familiares tucumanas que buscan su trascendencia. La familia Di Bacco no solo soñó con hacer de su empresa un referente mundial en su rubro, sino que también vio en la venta a Holcim Argentina un vehículo para perpetuar y expandir su legado. Esta operación, cargada de simbolismo y estrategia, no fue una decisión tomada a la ligera. Representó, en palabras de Rodolfo, un "regalo de cierre" para su padre, Rodolfo ‘Fito’ Di Bacco, marcando un hito en casi 45 años de gestión.

“Yo puse la idea de la venta sobre la mesa. Tuvimos muchas charlas y siempre lo que más pesaba era el tema hereditario. Esta venta ha sido como una forma de regalarle a mi padre, una marca bien clara de lo que ha significado su gestión. Yo creo que es como un regalo de cierre para él”, comentó.

Pero más allá de lo corporativo, el camino recorrido por Tensolite es profundamente humano. La venta a Holcim no señala un fin, sino un nuevo comienzo, lleno de posibilidades. Rodolfo encara este nuevo capítulo con ilusión y un profundo respeto por la "calidad humana" de Holcim, viéndolo no como el cierre de un ciclo, sino como el umbral a una era de crecimiento ilimitado. "Estaba todo alineado, porque lo que más nos preocupaba era la gente. Administrar personas es complejo porque si tenemos 200 empleados, es como una familia ampliada, y las personas tienen días malos y días buenos, y nosotros nos involucramos con eso porque le ponemos el corazón", subrayó. "Holcim tiene a las personas como prioridad", añadió.

Este proceso, que tomó más de un año, fue tanto un desafío personal como empresarial para Rodolfo, quien confiesa haber vivido momentos de sentimientos encontrados. No obstante, permanece la certeza de que, independientemente de su rol futuro, Tensolite llevará siempre la impronta de su familia, algo que espera transmitir a sus hijos con orgullo.

“Nunca estuvo en mis planes ser empleado. Pero tengo una excitación muy grande, porque veo la calidad humana que tienen en Holcim y soy feliz de ser empleado. Si nos movemos bien, no hay límites para Tensolite, ni económicos ni barreras internacionales que nos puedan frenar. Esta tal vez se transforme en la empresa del rubro más grande del mundo”, vaticinó.

En cuanto a lo que significó el proceso de venta, el empresario relató que hubo mucho tenor técnico en un proceso que fue largo, pero que representó un desafío personal y empresarial muy importante. Es que no se trató de una operación más, sino que quizás represente la operación comercial más importante de los últimos años en Tucumán, con una operación superior a los 28 millones de dólares.

“Tuve sentimientos encontrados al vender la empresa. No sé qué pasará con los años, pero sí estoy seguro que, esté o no en la empresa, pasaré por algo relacionado a Tensolite y le diré a mis hijos que esa empresa tan impresionante y que todo el mundo conoce, tiene sangre de su padre, su abuelo y su bisabuelo, por lo que deben sentirse orgullosos porque es una huella que dejamos en el mundo”, aseguró.

Empresas familiares

A la hora de analizar el funcionamiento de una empresa familiar, Di Bacco consideró que muchas fallan porque “hacen cosas de manual” que luego no funcionan y terminan perjudicando a la compañía. "Por ejemplo, todo el mundo participa de una reunión de directorio, todo el mundo cobra lo mismo, y así terminan dañando a la empresa. Encima, el fin que buscan cuando hacen esas cosas, que es sostener la unión familiar, no se cumple porque en la vida siempre hay alguien con más poder y más sabiduría que deteriora ese vínculo”, remarcó. 

“Yo creo que no se debe mantener junto lo que naturalmente no quiere estar junto. A una empresa familiar en la que se llevan todos bien y quieren estar todos juntos, le diría que sigan así, pero que tengan roles claramente definidos y cobren en relación a lo que hacen por la organización. Lo que pasa es que todos cobran sueldos de directivos y sus funciones son operativas. Ahora, si hay empresas familiares donde hay roces y no se cumple esto, es momento de trabajar para separarse por el bien de la empresa y la familia”, afirmó. 

En este sentido, el directivo de la compañía señaló que el éxito en la gestión de Tensolite tiene mucho que ver con el rol y la relación que él mantiene con su padre. “Es mi ídolo, tenemos una importante relación desde que era niño y la fuimos mejorando con el correr de los años. Él es una persona que te deja hacer sin atosigar, nunca lo tuve encima viendo que hago y no hago. Mi papá me apoyó en todas las cosas que yo quise aprender”, esbozó. Una muestra mínima pero altamente significativa se observa en la oficina que tienen los Di Bacco en el municipio de Las Talitas: Un escritorio al lado del otro. Padre e hijo alineados, uno a la derecha y otro a la izquierda.

“Esta empresa se transformó en multinacional y lo que resultó uno de los atractivos para Holcim es que somos una empresa tucumana familiar súper organizada y en la que todo está sistematizado. Somos vanguardistas en todo lo que es tecnología en general, tanto fabril como administrativa”, precisó.

El prestigio

El empresario añadió que el prestigio es el activo intangible más valioso con el que cuenta la empresa y que fue de suma importancia en esta operación. “Tensolite es una marca que está en todo el país, vende en países limítrofes y nadie te puede decir que no es una empresa exitosa. Ese es el activo no tangible más importante y te lo compran. Si uno quiere tener una diferencia de dinero sin una marca que tenga peso, no lo va a encontrar”, indicó.

“La familia siempre buscó que Tensolite trascienda a sus dueños. Una de las cosas que nos facilitó la venta es que vendérsela a Holcim es un ticket asegurado a que esta empresa va a trascender a las personas que la crearon y va a llevarla a que no tenga límite de crecimiento y desarrollo”, añadió.

Rol como empresario

Por otro lado, Di Bacco (h) reflexionó sobre sus casi 20 años de trayectoria empresarial, a pesar de su juventud, y aseguró que la clave está en el hacer. “Mucha gente se preocupa por equivocarse y yo creo que el único que no se equivoca es el que no hace. La vida, básicamente, es convertir y que te conviertan goles; si quieres ser exitoso, tienes que tener más goles convertidos que los que te convierten. El éxito es que se encontraron dos perfiles, el de mi papá y el mío. Yo soy hacedor por naturaleza como lo es mi papá; y un loco de los procesos”, expresó.

“Durante mi transformación como empresario me di cuenta que la contabilidad tiene que ser un reflejo de la gestión. Esa es la única forma que encuentras para que tu empresa esté sana. Es una fortaleza para nosotros que hayamos logrado abrazarnos a los procesos”, destacó.

Nueva unidad de negocio

Finalmente, Rodolfo Di Bacco (h) anunció el lanzamiento de Inverten, la nueva unidad de negocio de la familia Di Bacco destinada a los desarrollos inmobiliarios. “La empresa ya nació, tiene sus oficinas en Yerba Buena y estamos ya con nuestros primeros proyectos en la zona de El Cadillal y del Parque Guillermina, en la Capital”, reveló. 

“Inverten lleva la impronta de Tensolite, vamos a poner todas las cosas buenas que pusimos a esta empresa. Vamos a tratar de no agregarle algunas cosas que hacen complejas a la actividad y a construir una organización más compacta y dinámica”, explicó. En Inverten se repetirá una receta que quizás define a la familia Di Bacco en el modo de hacer sus negocios con trasparencia y confianza: "Ahora estaremos sentados frente a frente con mi papá", concluyó Rodolfo.